Como dijo Newton con su Tercera Ley: “Para cada acción hay una reacción igual y en el sentido opuesto”. Pues toda actividad humana conlleva una generación de residuos, y hoy nos centramos exactamente en la actividad del sector agrario.
Este, en su proceso productivo, genera millones de toneladas de restos y residuos. Y estos, si no se gestionan y tratan adecuadamente, impactan muy negativamente sobre los sistemas agrícolas españoles (con la pérdida de diversidad genética, la degradación de los suelos o la pérdida de calidad de las masas de agua), y sobre el Medio Ambiente y la salud en general.
Se consideran residuos agrarios aquellos generados por actividades del sector primario tales como la agrícola, la ganadera y la de mantenimiento forestal y de montes. También se incluyen en este término los residuos derivados de la industria agroalimentaria, maderera, corchera y papelera.
Estos son algunos ejemplos:
A diferencia de los residuos domésticos (aquellos ocasionados en consecuencia de la actividad generada en el hogar, en servicios e industrias, en zonas públicas…), donde la responsabilidad de su gestión (que conlleva la recogida, transporte y tratamiento) recae en los servicios municipales, la responsabilidad de los residuos agrícolas está a cargo de la persona u entidad generadora.
Esta ha de contratar los servicios de gestores autorizados acorde a la legislación vigente establecida en la Ley 10/1998, de 21 de abril, sobre Residuos.
Algunos ejemplos de empresas que realizan este servicio de gestión de residuos serían SVM o Leanpio